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domingo, 2 de noviembre de 2014

La Química del Amor Materno


"Un niño nace diseñado para enamorar a su madre por una cuestión de supervivencia. Llega al mundo indefenso y durante un tiempo dependerá de quien asuma la función de alimentarle, consolarle, estimularle€ Suele ser la madre quien se encarga de esos cuidados durante el aterrizaje del niño en la vida.

Ella no puede dejar de mirarlo, de pensar en él, de querer cuidarlo. Cuando el bebé empieza a sonreír, se activan en el cerebro de la madre regiones relacionadas con la recompensa. Así que ella se engancha a las sonrisas y las monerías de su retoño. Gracias a los avances neurocientíficos se empieza a saber mejor cómo influye el amor de madre en el cerebro del niño.


Ese vínculo entre una madre y su bebé es un complejo entramado de factores hormonales, neuronales, psicológicos y sociales. Muchas investigaciones avalan que el amor maternal no sólo es fundamental para un buen desarrollo cerebral del niño, sino que también es una excelente inversión para la salud mental del futuro adulto.

"Al nacer sólo tenemos desarrollado el 25% del tamaño del cerebro", señala Adolfo Gómez Papí, neonatólogo del hospital Joan XXIII de Tarragona y profesor de la Universitat Rovira i Virgili. "El 75% restante –continúa– se desarrolla durante los dos o tres primeros años de vida. Aunque luego el cerebro puede cambiar, las estructuras básicas están formadas a los tres años. Y cómo se vayan desarrollando dependerá mucho del tipo de alimentación y de la relación que el hijo establezca con su madre".

También influyen los genes y que, poco a poco, el niño se abrirá a otras figuras importantes para su evolución, como su padre. Pero, al principio, casi todo el horizonte del niño será el amor de su mamá –o de su cuidador principal, en el caso de que sea el padre, por ejemplo–.

Como explica Enrique García Bernardo, psiquiatra del hospital Gregorio Marañón de Madrid, "el bebé recibe importante información emocional de su madre; ella le habla, lo acaricia, le canta, lo acuna, le sonríe". Empatiza con él, ríe con él, sufre con él. Lo ama. Y ese amor de madre va tejiendo el vínculo entre ellos, desarrollando el cerebro del niño, programando las conexiones entre las neuronas.

Un intercambio afectivo entre el hemisferio derecho de la madre y el de su hijo, como ha escrito en un artículo Allan Schore, profesor del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California-Los Ángeles (Estados Unidos) y uno de los principales investigadores del vínculo entre madre e hijo. Porque, como apunta Gómez Papí, "en el niño predomina sobre todo el hemisferio derecho, que tiene que ver con las emociones".

Así que entre madre e hijo se da una intensa comunicación emocional. El idioma del bebé son sus llantos cuando tiene hambre o sueño, sus sonrisas, sus balbuceos€ Y, el de ella, los besos y las palabras de amor que le dedica, los abrazos que lo consuelan, el alimento que le da, estar cerca de él€ Un diálogo muy especial, cuyo código a veces parecen conocer únicamente la madre y el niño, y que moldea el cerebro del pequeño.
El recién nacido tiene unos 100.000 millones de neuronas. Y en los primeros años de vida se van a formar billones de conexiones entre ellas. Más o menos al final del primer año, señala Gómez Papí, se produce una poda neuronal. Ya hay billones de conexiones y, como el cerebro quiere economizar recursos, "poda las conexiones menos empleadas; si el apego con la madre ha sido seguro, se habrán formado muchas conexiones que tienen que ver con la seguridad, y esas conexiones se mantendrán".

El cerebro se habrá preparado para vivir en un entorno seguro, así que el niño empezará a percibir la vida como un lugar seguro: me consuelan cuando estoy mal, quizás no tengo que temer al mundo. Una buena forma de encarar su futuro. "Tendrá más ganas de explorar. Los niños que no han tenido un buen vínculo son más inhibidos", explica Ibone Olza, psiquiatra infantil del hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid) y profesora de la Universidad Autónoma de Madrid.

"Una de las funciones más importantes de la madre –afirma– es regular las emociones de su pequeño. Es básico que le dé el consuelo que necesita. No es tan importante que acierte siempre si el niño tiene hambre o sueño cuando llora. Lo importante es que responda a su llamada para que este tenga más ratos de bienestar y menos de malestar". Así, el niño siente que la persona más importante para él está disponible cuando la necesita. Y empieza a gatear por la vida con confianza.

Una buena base para la salud mental del futuro adulto. Como comenta García Bernardo, "una adecuada relación con la madre en los primeros años es un factor que ayuda mucho a la salud mental del adulto, aunque no lo es todo, porque la vida es muy larga". Visto desde el lado amargo, numerosos estudios señalan que los niños que han vivido un apego inseguro porque han sufrido negligencias o abusos por parte de sus cuidadores principales tienen mayor riesgo de sufrir depresión, ansiedad o trastornos de personalidad durante su adultez.

Y ¿cuántos niños viven un apego seguro? Según algunas investigaciones, aproximadamente el 75% establece un apego seguro, un vínculo cercano afectivamente y estable, con sus madres. "Las madres ejercen de madres desde hace ya años, y, en general, lo hacen bien", recuerda García Bernardo. Unos primeros años de vida complicados no tienen por qué ser una condena de por vida. "El niño puede encontrar más adelante otras figuras de referencia. Y el cerebro es plástico, puede adaptarse. Se ve en los niños adoptados", añade Adolfo Gómez Papí.

Estudio científico de la Universidad de Washington

En el 2012, investigadores de la Universidad de Washington en San Luis (EE.UU.) publicaron un estudio sobre la influencia de un buen vínculo maternal en el hipocampo de los niños. Primero, analizaron el tipo de relación que tenía con sus cuidadores principales –el 96,7% eran las madres biológicas– un grupo de niños de entre cuatro y siete años.

Para ello emplearon una ingeniosa "tarea de espera": dijeron a cada cuidadora que el niño debía aguantar ocho minutos para abrir un regalo que tenía al alcance y que estaba envuelto de forma muy llamativa. Una tortura para la capacidad de resistencia al deseo de un niño. Mientras, la cuidadora tenía que rellenar unos cuestionarios, tarea cuyo único objetivo era que no pudiera estar totalmente concentrada en el niño.

Se buscaba reproducir el estrés que supone criar a los hijos, pues en la vida cotidiana, muchas veces hay que estar pendiente de ellos a la vez que se hacen otras tareas€ Los investigadores observaban cómo se manejaba la madre en ese conflicto de intereses, si era capaz de ayudar correctamente al niño para que no abriera el regalo. En este caso, consideraban que el estilo de crianza que seguía ese cuidador era bueno para el niño.

Luego, mediante resonancia magnética, comprobaron que los niños que habían recibido una ayuda adecuada para no abrir el regalo tenían un hipocampo un 9,2% mayor que los que no habían recibido una buena ayuda. Aunque la mayoría de los cuidadores eran las madres biológicas, los autores del estudio opinaron que los efectos positivos de una buena crianza en el cerebro del niño serían parecidos aunque el cuidador principal fuera otra persona, como la madre adoptiva.

"Hay estudios con animales que confirman también que los que recibieron una buena crianza de sus madres tienen menos déficits cognitivos cuando son ancianos", explica también Roser Nadal.

Los descubrimientos sobre el vínculo madre-hijo son diversos. "Hay células del feto que se instalan en el cerebro de la madre durante el embarazo. Todavía no sabemos por qué", comenta Ibone Olza. Los científicos continúan rastreando las claves neurocientíficas de la relación entre las madres y sus hijos.

Mientras, ellas hacen mil y un malabarismos para combinar la maternidad con los demás aspectos de su vida. Los padres cada día intervienen más en la responsabilidad de criar a los hijos, pero todos los expertos consultados para este reportaje reclaman que la sociedad debería ayudar más a las madres. Por mucho que avance la ciencia, "todavía ser madre es difícil", indica Olza. "Pero el vínculo –añade– entre una madre y su hijo es vital para la especie. La madre tiene que estar rodeada de personas que la cuiden. Como dice un proverbio africano, a un niño lo cría toda una tribu".
Muchas madres se sienten culpables por no llegar a todo, por creer que, tal vez, no están dando a sus hijos el tiempo y el amor que estos necesitan. "Aunque es importante que estén tiempo con sus hijos –considera Enrique García Bernardo–, lo fundamental para un buen apego es la calidad del tiempo. Que, cuando una madre esté con su hijo, esté tranquila, disponible afectivamente y disfrute con él. Estoy seguro de que si las madres pudieran dedicar a sus hijos más cantidad y calidad de tiempo, la sociedad sería un lugar mejor".

Obtenido: http://www.lne.es/vida-y-estilo/salud/2013/05/03/quimica-amor-materno/1406590.html

CREER QUE TU HIJO TE MANIPULA, TE ALEJA DE ÉL Y ACABA CON EL APEGO



¿ME MANIPULA O ME NECESITA? 
¿A QUÉ DISTANCIA QUIERES ESTAR DE TU HIJO?

Pensar que tu hijo te quiere manipular te distancia de él. Desde esa distancia jamás vas a poder comprender que necesita y como ayudarlo. Creer que tu hijo te manipula provoca una respuesta desde el enojo y la bronca. O muchas veces la solución que se encuentra es ignorarlo. Creer que los niños manipulan genera una lucha de poder donde cada uno puja por ganar de manera individual. De esta forma el niño queda solo frente al conflicto y la distancia es muy grande.

Pensar que nuestro hijo NOS NECESITA nos acerca a él. Comprender que esta aprendiendo a expresar lo que le pasa y que no tiene, o aún es rudimentaria, la herramienta de la palabra para transmitirlo nos permite intentar interpretar lo que le sucede y querer ayudarlo. De esta forma no hay dos bandos, sino qué quién gana o pierde están del mismo lado. Mama o papa y su hijo están cerca, de la misma vereda para poder enfrentar los conflictos juntos y aprender de la experiencia. Esa cercanía trae escucha y empatía y la respuesta va a ser de respeto, contención y amor.


Lic. Mariela Cacciola

martes, 13 de agosto de 2013

Un bebé muy CREMOSO: Cuando el bebe nace grasoso.


Muchos padres (y madres) se sorprenden en el momento del parto al ver a su bebé recubierto de una sustancia cremosa de color blancuzco-grisácea llamada vérnix caseosa.

Vérnix quiere decir “barniz” en latín, mientras que caseosa proviene de la palabra “caseus” que en latín significa “queso”. Está compuesto de un 80% de agua, un 10% de grasa y otro 10% de proteínas.

Comienza a segregarse alrededor de la semana 20 de gestación para proteger la delicada piel del bebé de los efectos irritantes del líquido amniótico y de la deshidratación impidiendo que se agriete.

Contribuye a la formación de la piel del bebé manteniendola aislada de la humedad del líquido amniótico. Asimismo, se cree que tiene una función protectora contra las infecciones dentro del útero y que es generada por las glándulas sebáceas para facilitar el deslizamiento del bebé a través del canal de parto.

Está formada por una mezcla de secreciones sebáceas, lanugo y células de la piel descamadas del bebé. Su consistencia es similar a la del queso, suele acumularse en la espalda, en los pliegues de flexión y en el cuero cabelludo.
Aunque es una de las características físicas que presenta el recién nacido, no todos los bebés nacen cubiertos de esta sustancia blanquecina. Su producción disminuye a partir de la semana 36 y desaparece casi totalmente a la semana 41.

by: Casa Compasiva A.C

lunes, 29 de abril de 2013

CURSOS DE PSICOPROFILAXIS PERINATAL PREPARACIÓN PARA EL PARTO


Creciendo Juntos te ofrece una preparación emocional, intelectual y física relacionada con el embarazo, parto, posparto, lactancia materna y crianza con apego, con el fin de que decidas de forma responsable y con conocimiento pleno, cómo quieres vivir los momentos más importantes de tu vida y la de tu bebé.
Incluimos en nuestro curso temas como: Trabajo de parto, cambios físicos, sexualidad, nutrición, cambios emocionales, medidas de confort, técnicas psicoprofilácticas, cuidados del recién nacido,  lactancia materna, posparto, el rol del padre, opciones de parto, los miedos y muchísimos temas mas; que estamos seguros son de tu interés.
También ofrecemos clases de yoga y gimnasia prenatal, relajación y meditación, programación al parto y esferodinamia.
Si estás embarazada, programando un embarazo o simplemente conoces a alguien que esté en la dulce espera, comparte con ella este enlace. 

lunes, 1 de abril de 2013

¿Por qué NO programar una cesárea?



Cada decisión debe ser basada en un equilibrio entre riesgos y beneficios. Cuando se programa una cesárea no suelen tenerse en cuenta las ventajas de esperar las contracciones, incluso aunque se termine haciendo cesárea. Tiene muchas ventajas esperar el inicio de un trabajo de parto:
  • Las contracciones adelgazan el segmento inferior (donde se hace la incisión) y, en consecuencia, la recuperación es más rápida.
  • El trabajo de parto libera hormonas que impregnan al bebé y le preparan para su vida fuera del útero.
  • Las contracciones disminuyen la posibilidad de que el bebé tenga los problemas respiratorios que padecen muchos bebés nacidos por cesárea (no solamente tras el nacimiento, sino toda su infancia).
  • Las mujeres que experimentan trabajo de parto tienen una incidencia menor de depresión post parto.
  • Las contracciones estimulan otra hormona (oxitocina) conocida como "la hormona del amor", que prepara a la madre para establecer un intenso vínculo amoroso con su bebé y hará todo por su bienestar.
  • Las endorfinas relajan a la mamá y le ayudan a hacer frente a todo lo que queda en las horas posparto y en lo sucesivo. No puedes aprovecharlas si no pagas "el precio" de gastar energía en el trabajo de parto, porque las endorfinas son un resultado del gasto físico -someterse cirugía mayor es un gasto físico (¡por supuesto!) pero es pasivo- y las endorfinas vienen como premio por el gasto activo.
  • Esperando las contracciones te aseguras de que tu bebé está realmente listo para nacer (puedes evitar la posibilidad de un bebé prematuro o simplemente un bebé que necesitaba un poco mas tiempo).
  • Tú vas a ser una participante en el nacimiento, en vez de una espectadora.
  • No te privarás de tu derecho a afrontar lo desconocido, la anticipación, la magia, y también la incertidumbre (en fin, el cóctel sabroso llamado "vida") asociado con el nacimiento.
A mi modo de ver, la palabra "programada" tiene un sentido robótico y carente de sentimiento. Me parece la antítesis de la emoción y la excitación que merece la llegada de un nuevo ser. Con veinte años de experiencia puedo asegurar que tales emociones son claves en el desarrollo personal. No hay comida gratis. Puedes avanzar en "tu" desarrollo personal repasando tus errores del embarazo y parto… o arrepentida de tus elecciones.
Mas vale prevenir que lamentar. Las consecuencias de las decisiones las vivirás tú, no tu médico.

¿Cuáles son los BENEFICIOS y RIESGOS del parto/cesárea?      

Nadie esta discutiendo que una cesárea realmente justificada sea el problema. Cuando existe un problema real puede ser la solución y la salvación de dos vidas también. La tarea es comparar las ventajas con las desventajas, los beneficios con los riesgos.
Ventajas del Parto (independientemente de si resulta en parto vaginal o no):
Para la madre:
  • Mejor presión arterial.
  • Mejora el aporte de oxigeno a la placenta y al bebé.
  • Mantiene estables los niveles de azúcar en la sangre.
  • Facilita la integración de la madre consigo misma.
  • El trabajo de parto va adelgazando el segmento inferior del útero, para que si hay necesidad de una cesárea el corte sea menos arriesgado (el músculo es menos grueso) y la recuperación sea más rápida.
Para el bebé:
  • Arroja todo el líquido del pulmón.
  • Mejora la oxigenación general y cerebral.
  • El bebé está más alerta.
  • El apego favorece la producción de leche.
  • El bebé permanece en la habitación con sus padres inmediatamente.
Riesgos de la Cesárea Programada
Para la madre:
  • Los riesgos inherentes a una cirugía mayor.
  • Resultados adversos comúnmente encontrados: fiebre, infección de herida, infección de orina y excesiva perdida de sangre.
  • Mayor incidencia de mortalidad: 4 a 1 en relación al parto.
  • La posibilidad de una lesión en los órganos próximos, como vejiga o intestino.
  • Alteración en la posición de la placenta en un futuro parto.
  • Factor de riesgo mayor para placenta previa en embarazos subsiguientes.
  • Factor de riesgo mayor para embarazos ectópicos.
  • Dificulta la lactancia materna.
  • Tasas de fertilidad más bajas después de la cesárea que después del parto vaginal.
Para el bebé:
  • Mayor incidencia de insuficiencia respiratoria.
  • No cuenta con estimulación en sus pulmones.
  • Equivocación de “fechas” --- bebés que nacen prematuramente.
  • Los bebés de peso normal que nacieron por cesárea tuvieron 2 veces más probabilidad de morir en el periodo neonatal.
  • Morbilidad respiratoria en los recién nacidos:
                                     0,6% partos vaginales.
                                     5,6% cesáreas realizadas durante el parto.
                                     12,4% cesáreas realizadas antes del parto.
Cada mamá debe repasar la lista a pesar de su “temor”. No son opiniones, son factores basados en la evidencia. Tú puedes cerrar los ojos frente a la lista, pero tu cuerpo y tu bebe están expuestos a estos factores de todos modos.
Una cesárea solo debe realizarse cuando los beneficios SUPERAN a los riesgos.
La única justificación de una cesárea tendrá que ser una clara evidencia de que la práctica hará más beneficio que daño.
De hecho, cualquier interferencia con el proceso natural del embarazo y el parto tendrá que demostrar que hará mas beneficio que daño.
Joni Nichols, comadrona.

viernes, 18 de enero de 2013

Acariciar al recién nacido sana los efectos del estrés en el embarazo



Las emociones que vive la madre durante el embarazo afectan de una u otra forma al bebé en gestación. Al vivir una situación estresante, su organismo reacciona liberando hormonas que llegan al bebé a través de la placenta, lo cual se asocia con diversas alteraciones en su desarrollo.
Pero una investigación reciente acaba de revelar que este efecto podría revertirse, pues acariciar al recién nacido sana los efectos del estrés en el embarazo. Las caricias maternas durante las primeras semanas de vida tienen un efecto tan poderoso sobre el bebé que pueden modificar los efectos del estrés tras el nacimiento.

Cuando el estrés de la madre se acumula y alcanza un alto grado en el embarazo, afecta a la mujer y por supuesto también al bebé, siendo capaz de alterar la forma en la que el niño responda a situaciones de estrés en el futuro.
Provoca cambios a nivel fisiológico, haciendo que se produzca una reducción de la actividad futura de los genes dedicados a generar una respuesta ante el estrés.
Se ha asociado el estrés que sufre la madre en el embarazo al hecho de que algunos niños presentan una mayor susceptibilidad a mostrar más miedo o enfado ante situaciones que no pueden controlar, relacionado a anomalías en la conducta y trastornos de ansiedad en la adolescencia y en la adultez.

El poder de las caricias

Pero investigadores británicos han estudiado el comportamiento de las madres y sus hijos que han participado en Estudio Wirral sobre Salud y Desarrollo Infantil para determinar que las caricias podrían modificar la actividad genética.
Observaron que las relaciones entre los síntomas de la depresión durante el embarazo y las emociones infantiles posteriores de miedo y enfado, así como la respuesta cardiaca ante el estrés a los siete meses, varían en función de la frecuencia con la que la madre hubiese acariciado al bebéen la cabeza, la espalda, las piernas y los brazos durante las primeras semanas de vida.
El estudio contínua en marcha porque pretenden averiguar si las caricias maternas siguen influyendo en posteriores etapas del desarrollo.
Las caricias de mamá tienen un efecto sorprendente sobre los hijos, fundamentalmente durante los primeras semanas de vida en los que se establece entre ambos una relación de apego muy especial. Tanto que son capaces de sanar los efectos del estrés en el embarazo.
Articulo tomado de BEBESYMAS

lunes, 5 de noviembre de 2012

Fabricando amor



Cuando los padres estén informados de que su hijo se educa al mismo tiempo que se forma, tendrán mayores posibilidades de evitar que reciba ciertas violencias y podrán darle las mejores condiciones para su desarrollo más óptimo, según su propia dinámica y su proceso natural.
El bebé en el útero vive y convive intensamente con su madre 24 horas al día durante más de 9 meses. Él no tiene la posibilidad de hacer una selección entre lo que le beneficia y lo que le resulta nocivo. Es la futura madre la que debe hacer esa elección, con la complicidad del padre y de los profesionales que la acompañan.
Todo ello invita a los futuros padres y sobre todo a la futura madre, primera y principal educadora de su hijo/a, a transmitirle lo mejor de sí misma y a utilizar el poder de su imaginación creadora para sembrar en su bebé la alegría, la tolerancia, la paz, el amor, el entusiasmo, el respeto... es decir, sensibilizarlo a los más bellos valores del ser humano. Y esos valores, penetrarán tan profundamente en el subconsciente de su hijo, que le influirán a lo largo de su vida. Si antes  de nacer le expresas tu amor incondicional, se sentirá seguro y contento de venir al mundo. Por eso, dile cuánto lo quieres.
Tu niño te necesita para crecer y desarrollarse, pero también depende de ti para construir su “yo” emocional.
Para ser madre, en el profundo sentido de la palabra, no tienes que esperar a que nazca tu bebé. La maternidad no consiste en tener “físicamente” un hijo, sino en amarlo con entrega, sin condiciones. Por eso, se puede decir que empiezas a ser madre cuando decides tener un bebé, porque le has deseado y amado incluso antes de que fuera una realidad.